28/11/09

Reloj con niño nuevo

Hace ya algún tiempo, sentado en el fondo de un 16, desde donde podía ver a cualquier pasajero que descendiera del colectivo, me fijé en este niño, de 14 o 15 años que luego de tocar el timbre y antes de que el ómnibus se detuviera por completo, miró la hora en su reloj con ese típico movimiento apresurado de brazo y muñeca.
Parecía que fuese su primer reloj por el orgullo adulto con que lo había mirado.
Primero sentí ternura y luego cierta lástima porque quizás era la primera vez que hacía ese movimiento que con los años se volvería mecánico, casi inconsciente.
Sentí lástima porque él no podía saber que con ese inocente movimiento había ingresado al secreto laberinto del tiempo y ya nunca podría salir.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

eh... la primera vez que lei me gustó más... o mi percepción estética emocional cambia de un día para otro, o modificaste en algo el texto original.
me molesta la frase "y ya nunca podria salir" al final.
aparte de todo eso creo que uno ingresa en el laberinto del tiempo en el mismo momento de su concepción...
creo que mal entiendo de propósito lo que querés decir con este texto: me dirás que uno entra en el laberinto susodicho (jaja) en el momento en que uno toma conciencia de la existencia del tiempo. pero el tiempo (biológico) no necesita de la conciencia para existir porque su finitud viene de la mano con su origen.
sinembargo considero que esta pequeña oración inmersa en el pequeño texto suyo, querido marcelo "quizás era la primera vez que hacía ese movimiento que con los años se volvería mecánico, casi inconsciente". le da un giro al sentido que yo intenté malinterpretar y me devuelve al tiempo cronológico (horas, minutos, soledades sumadas en la suma de los días) (juju) que es el no tan secreto laberinto del tiempo implantado por la cultura de las obligadas horas de trabajo cuyo cumplimiento o descumplimiento o incumplimiento impone ser manejado con el debido "orgullo adulto" de mirar el reloj con ese típico movimiento apresurado de brazo y muñeca.

"Reloj con niño nuevo": el título lo sugiere todo. yo no habìa mirado antes de escribir esta especie de comentario malintencionado. (perdone la tristeza).
hermoso texto por el título, la reflexión y la capacidad de observación de ud, querido MAESTRO.

"y ya nunca podría salir"... porqué (perdón si debía ser por qué) porqué no así: "Sentí lástima porque él no podía saber que con ese inocente movimiento había ingresado al secreto laberinto del tiempo del cual ya nunca podría salir". creo que mi excesiva afición hacia el ritmo me lleva a cometer esta atrevida y desvergonzada sugerencia. espero que mi humilde opinión no le haya molestado, MAESTRO.

mi reloj marca 19:45hs. debo ir a casa.

Marcelo Gill dijo...

Che tu comentario supera a mi texto. No hagas más eso! jajaja

Marcelo Gill dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.