1/4/09

El prisionero

“Antes de entrar, ya estabas aquí;
quedarás aquí, cuando salgas.”
Diderot



Hace años que estoy encerrado aquí, en esta minúscula prisión. Quien podría decir en realidad cuanto tiempo pasado. Un año, un mes, una hora, un segundo ya no tienen diferencia para mí.
Podría haber pasado un año o un siglo. No lo sé. Podría estar muerto. Ni siquiera recuerdo porque estoy aquí. No recuerdo el terrible crimen que alguna vez cometí.
Lo que recuerdo es que al principio traté de escapar, luego con cada intento se me agotaron las fuerzas y las esperanzas.
Durante días y noches interminables consideré el suicidio. Pero hubiera sido muy fácil: Dejar de beber el agua y comer ese caldo que me trae el guardia sin rostro. Pero soy muy cobarde o muy valiente. Hasta las palabras han perdido para mi su antiguo significado: valiente y cobarde, años y segundos, yo y esta prisión. Todo es ya lo mismo, todos los nombres dicen la misma cosa.
A veces, lo que más temo es que la pesada puerta de hierro se abra, y ya no sepa de que lado estoy.